Con un resbalador que nos desliza de una altura de diez pisos y camarotes con ventanas virtuales, hasta nos olvidamos que estamos en el mayor crucero del mundo – o incluso en un barco. La Harmony of the Seas es una monstruosidad, pero no destituida de un sentido futurista. , Que se estrenará en el mes de mayo.
Me siento un adolescente borracho dentro de un enorme centro comercial. No soy nada de eso, ni estoy en un centro comercial, pero así me siento. Estoy, de hecho, a bordo de un barco de crucero. El mayor crucero del mundo, para un paseo inaugural de dos noches, desde el puerto de Southampton hasta la mitad del Canal de la Mancha, ida y vuelta.
El nombre de él es Harmony of the Seas, de Royal Caribbean, un enorme barco, un pastel de matrimonio de 18 capas que altera seriamente el horizonte y la población dondequiera que funde. Es probable que ya hayan visto los números: mil millones de dólares se gastaron para su construcción, 362 metros de largo, 226.963 toneladas y 23 piscinas, incluyendo piscinas de olas y toboganes, y 20 restaurantes.
Hay un teatro, una pista de patinaje sobre hielo, un casino, un gimnasio deportivo, un spa, una guardería, un hospital, una cadena, una morgue y mucho más. 0 mi dato favorito es que 15 mil huevos son consumidos a bordo todos los días. Cerca de 2100 tripulantes cuidan a los 6780 pasajeros, de un total de 8890 personas, que es más que la población de la ciudad costera de Ventnor, en la casa de Wight, por donde podemos o no pasar.
Ahora estoy en un ascensor. Paso gran parte del crucero dentro del barco oa la espera de uno de los 24 ascensores para pasajeros en él existentes. O a caminar por los largos corredores grises. Tales largos que parecen salidos de un sueño bizarro, con puertas numeradas a cada lado y, a intervalos regulares, una persona afable proveniente del mundo «subdesarrollado» (Filipinas, Perú, México, Jamaica, Isla Mauricio) pasa con un carrito de limpieza y un saludo cálido.
Indice
Central Park con árboles y todo
Finalmente, mi camarote, o mejor, nuestro camarote. Estoy con mi mujer y nuestro hijo de cuatro años. Con una ventana y un balcón, abiertos al exterior, y al mar! Pero no se preocupen si no pueden pagar un camarote con ventana al exterior, o ni siquiera una vista al Central Park (la zona de restaurantes del centro comercial de la nave, con árboles reales); no hay problema, porque todos los camarotes interiores tienen ventanas y balcones virtuales. Se trata, en realidad, de una pantalla de alta definición donde se proyecta la vista del mar, con imágenes en tiempo real, tomadas por una cámara en la parte exterior de la nave, por lo que es casi como tener un balcón exterior. Con la ventaja adicional de que, si se halla harto de todo y tiene ganas de saltar, no puede; hasta hoy, al que se sepa, nunca nadie se ahogó en píxeles.
Saltar al mar, como el norovirus, es algo típico de cruceros. Pero no vamos a dar alas a los pesimismos. Mi amigo John Vidal ya escribió sobre los estragos ambientales producidos por los barcos de crucero. Decimos: que se mete el planeta, estamos aquí para divertirnos.
El tiempo en medio del Canal de la Mancha no ayuda, es gris y lluvioso. Hoy no es difícil arreglar una tumbona; difícil es no ser arrancado de ella por el viento. Todas estas piscinas y toboganes, el minigolf, etc, tampoco parecen tan tentadores bajo el mal tiempo. Definitivamente, el Canal de la Mancha no es el territorio ideal para cruceros. En breve, el Harmony of the Seas se dirigirá al paraíso de los cruceros, el mar Mediterráneo.
¿Qué? La gran atracción del barco, el Ultimate Abyss (Abismo último), está cerrada? Aparentemente, no funciona muy bien en tiempo lluvioso: las personas se quedan pegadas en las paredes internas del enorme tubo. No hay problema, lo probé aún antes de partir de Southampton, antes de que comenzara la lluvia.
¿Qué es el Ultimate Abyss? Un gran tubo morado que desciende en espiral de una altura de diez pisos. Como un gran intestino, hasta ir al extremo trasero del barco y volcar su contenido. Entramos por el extremo superior, nos echamos en ella y salimos en la parte inferior; como si fuéramos un excremento humano, pero de tránsito mucho más rápido.
¿Por qué estoy de nuevo pensando en el norovirus? En realidad, bajar en ese tubo es como experimentar un cruce entre el suicidio y el norovirus. Ambos igualmente emocionantes y preocupantes.
Encontramos otras cosas para disfrutar. La cama es muy cómoda. Los tripulantes son absolutamente adorables y extremadamente alegres, teniendo en cuenta que después de cambiar sábanas, limpiar sanitarios, aspirar el polvo de los pasillos infinitos, atender a los pasajeros, etc, ellos descienden a sus cabinas sin ventanas (ni siquiera las virtuales) en las verdaderas las entrañas del buque, por debajo de la línea de agua. Y, muchas veces, permanecen lejos de sus familias seis meses seguidos.
Cuanto más buque, menos buque
0 Harmony of the Seas es un buque de clase Oasis 3, construido por STX France SA. Su montaje duró dos años. La primera impresión que causa es de confusión: Parece que cuanto más grande es un barco, menos se parece a un barco.
De hecho, incluso tenemos que quedar borracho. En el primer bar en que entramos, una señora fardada cierra la puerta detrás de nosotros y empezamos a subir. Todo el bar empieza a subir. ¿Qué diablos es esto? Por fin, salimos del bar-ascensor y entramos en otro bar-ascensor. Tal vez podríamos haber adivinado, ese bar se llama Rising Tide (marea inundada) y él sube y baja en el vano entre el centro comercial y el Central Park. 0 Bionic Bar tiene un equipo de robots – menos simpáticos que el resto personal – pero todos los servidores, humanos o robots, siempre están listos para posar con los pasajeros en interminables selfies.
Comida italiana y musical
Vamos a ver lo que pasa en una fiesta llamada 90’s Street Party Totally Awesome (fiesta totalmente espantosa en la calle 90). El ruido es infernal. Y participamos de un espectáculo en el hielo, de una danza en deslizante (me encantaría verlo durante una tempestad).
Y fuimos a parar a Jamie, el restaurante italiano, donde comíamos (bueno). Y más tarde, en el Royal Theatre, de 1400 lugares, donde cantamos haciendo coro a los actores del musical Grease, escenificado a bordo en vivo y en colores.
Aunque a primera vista el Harmony of the Seas parece una monstruosidad, es una maravilla de la ingeniería y de la hostelería para grandes masas.
Ahora, ya más acostumbrados a las dimensiones gigantes del barco, hasta estamos disfrutando bastante de las aventuras a bordo. Aunque todos nos olvidamos completamente de que estamos a bordo de un barco.
Y empiezo a pensar que el objetivo de ese buque-monstruo no es sólo comercial. Algo se esconde detrás de esas ventanas y terrazas virtuales, de esos robots-garzas, de toda esa tecnología desenfrenada. Y la imaginación delira: no será él un experimento, uno de los primeros de una serie de otros «barcos» en los que, gracias a la tecnología, hará siempre un buen tiempo virtual, un sol virtual brillará sin nunca esconderse detrás de nubes … Una especie de burbuja, una vista previa del futuro, no lo creen? Todo virtual: cielos perfectos, robots gentiles, conciencias limpias y felices.
(*) Pero no puedo dejar de decir que nuestro viaje de dos noches en Harmony of the Seas fue ofrecido por Royal Caribbean. Un crucero de siete noches por el Mediterráneo occidental cuesta a partir de 1300 euros, todo incluido, para una habitación interior. El crucero Harmony of the Seas parte de Barcelona, recorriendo un itinerario por el Mediterráneo occidental, con paradas previstas en Palma de Mallorca, Marsella, Pisa (con visita a Florencia), Roma y Nápoles. Más información: Consulte la página de Royal Caribbean: www.royalcaribbean1.pt para conocer la programación de los cruceros para las próximas temporadas. América Latina está en la lista.